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Durante estos días de cuarentena por la pandemia del coronavirus me he dado cuenta, todavía más, de la omnipresencia de la tecnología en nuestras vidas y del enorme influjo que ejerce sobre las mismas.
Si bien es cierto que el hecho de vivir en una sociedad hiperconectada tiene sus ventajas, las cuales se hacen más notorias en estos tiempos de crisis sanitaria mundial, también dejan entrever algunas de sus consecuencias negativas.
Si bien es cierto que el hecho de vivir en una sociedad hiperconectada tiene sus ventajas, las cuales se hacen más notorias en estos tiempos de crisis sanitaria mundial, también dejan entrever algunas de sus consecuencias negativas.
Excesiva demanda atencional
Las televisiones, smartphones, tablets y demás dispositivos son herramientas eficaces para combatir el aburrimiento y de vez en cuando ayudarnos a desconectar de la realidad en momentos o días difíciles. ¿Pero qué ocurre cuando estos dispositivos toman el control de nuestra atención como actualmente están haciendo en muchas ocasiones? ¿Qué pasa cuando infinidad de notificaciones irrumpen en nuestro día a día incluso en los momentos en los que se supone que estamos descansando? ¿Te ha dado la sensación alguna vez de que tu capacidad para concentrarte, tanto en lo que respecta a la intensidad o profundidad de tu atención como al tiempo en el cual permaneces atento es mucho menor que hace unos años?
Evitación experiencial.
El uso de estos dispositivos nos permite una comunicación rápida, eficaz e instantánea en casos de urgencia o de necesidad. Pero la realidad cotidiana es que dichas notificaciones, en la mayoría de los casos, son meras banalidades totalmente prescindibles. En muchas ocasiones, utilizamos las redes sociales para desconectarnos de la realidad, evadirnos de nuestra experiencia tanto externa como interna. Nos hemos convertido en evitadores experienciales, llegando a dominar con maestría este "arte". ¿Quién no ha utilizado alguna vez el teléfono móvil para evitar hablar con alguien que te encuentras por la calle o en una reunión social o incluso en el ascensor? ¿Quién no ha evitado silencios incómodos en reuniones profesionales e incluso con amigos mirando al móvil? ¿Quién, en alguna ocasión, no ha desviado la atención de su sufrimiento simplemente haciendo "scrolling" de manera impulsiva e inconsciente?
Tiempo excesivo de uso.
Estos dispositivos están presentes ya, tanto en nuestro entorno profesional y laboral como en nuestro tiempo libre y de ocio. Está bien mantenerse al día a través de tu móvil e incluso dedicar parte de tu tiempo libre al uso de la tecnología (videojuegos, redes sociales, etc.). El problema viene cuando invaden la mayor parte de nuestro tiempo, privándonos de acciones mucho más enriquecedoras como el contacto directo con personas, el desarrollo de alguna habilidad o simplemente dedicarle tiempo a tus hobbies más allá de las pantallas, cuando el uso deja de ser planificado y utilizado como medio para conseguir objetivos y se convierte en un uso compulsivo, automático, en busca del refuerzo a corto plazo y con una orientación plenamente hedonista.
Tiempo excesivo de uso.
Estos dispositivos están presentes ya, tanto en nuestro entorno profesional y laboral como en nuestro tiempo libre y de ocio. Está bien mantenerse al día a través de tu móvil e incluso dedicar parte de tu tiempo libre al uso de la tecnología (videojuegos, redes sociales, etc.). El problema viene cuando invaden la mayor parte de nuestro tiempo, privándonos de acciones mucho más enriquecedoras como el contacto directo con personas, el desarrollo de alguna habilidad o simplemente dedicarle tiempo a tus hobbies más allá de las pantallas, cuando el uso deja de ser planificado y utilizado como medio para conseguir objetivos y se convierte en un uso compulsivo, automático, en busca del refuerzo a corto plazo y con una orientación plenamente hedonista.
Por tanto, estas acciones, lejos de ser, de manera aislada, algo grave, creo que pueden llegar a ser un problema si se convierten en una herramienta habitual para desconectarnos de nuestra experiencia vital o si el uso de las mismas se reduce a algo automático y compulsivo, ocupando gran parte de nuestro tiempo.
1. Analiza qué papel juegan las nuevas tecnologías en tu vida.
Para ello es conveniente que te hagas algunas de las siguientes preguntas.
2. Introduce pequeños cambios.
Se que puede resultar difícil desapegarse del hábito de estar desbloqueando el móvil a cada instante debido a que las posibles novedades en forma de notificaciones son muy reforzantes para nuestro cerebro. Remplazar su uso de forma brusca por otros hábitos menos estimulantes puede resultar complicado. Además, el hecho de que utilicemos muchas veces el móvil para combatir el aburrimiento o evadirnos de un día complicado hace que este hábito se consolide todavía más.
Sin embargo, tras haber reflexionado acerca de si estamos haciendo un uso adecuado o no de la tecnología, podemos ir introduciendo paulatinamente una serie de cambios que facilitarán la transición hacia un uso más planificado.
- Acostúmbrate a preguntarte cuando estés usando el móvil o el ordenador, para qué lo estás usando. Esto te hará consciente en el momento y con ello aumentará tu control sobre la acción.
- Establece, los días que te sea posible un tiempo en el cual no uses ningún tipo de dispositivo. Al principio puede que te resulte difícil y que sientas la "necesidad" de utilizar el móvil, pero si perseveras, poco a poco podrás ir aumentando el tiempo sin sentir esa urgencia por desbloquear el móvil.
- Aprende a estar contigo mismo, sin necesidad de tanta estimulación. La meditación puede ayudarte en esto ya que te permite ser más consciente de tus estados mentales, en este caso de esa "necesidad" y esa "urgencia" por usar el móvil o el "secuestro atencional" que muchos sufrimos. Además, te permitirá darte cuenta de los engaños y excusas de la mente que hacen que desbloquees una y otra vez el móvil sin parar.
Estos consejos están orientados a aumentar tu control consciente sobre el acto de utilizar el móvil, pasando de ser una actividad automática, no planificada a una actividad con más control prefrontal, más flexible y menos impulsiva y compulsiva.
3. No te juzgues demasiado ni te sientas culpable.
Por último, si ya estás intentando cambiar la manera en que usas y el tiempo que le dedicas a los dispositivos, no te frustres si recaes. Es completamente normal pues podríamos decir que se trata de una especie de adicción ya que los correlatos neurales subyacentes son los propios de los mecanismos de refuerzo y aprendizaje, los cuales están afectados o "secuestrados" por aquello a lo que somos adictos. Por tanto, como seres humanos tenemos cierta responsabilidad sobre nuestros actos pero no tenemos que olvidar que existen infinidad de factores que nos influyen y condicionan nuestro comportamiento. Así que no te sientas culpable si te está siendo muy difícil lidiar con el uso de las nuevas tecnologías, si por más que te lo propones no puedes limitar su uso. Aplica los consejos de este post y si lo necesitas busca ayuda profesional (puedes escribirme por privado).
Mario.
Para ello es conveniente que te hagas algunas de las siguientes preguntas.
- ¿Cuánto tiempo gastas al día pegado al móvil, al portátil o la tablet? ¿Interfiere negativamente en alguna área de tu vida?
- ¿Para qué utilizas los dispositivos?
- ¿Su uso te reporta algún tipo de beneficio a nivel personal coherente con tus valores o tus metas o no pasa de ser otra forma de entretenimiento a la que dedicas mucho tiempo?
- ¿Serías capaz, o has sido capaz de limitarte o planificarte el tiempo de uso del móvil u otro dispositivo?
Reflexionar sobre estas preguntas puede que te haga más consciente de tu relación con la tecnología y con ello cambie tu actitud hacia esta, favoreciendo cambios positivos que tengan que ver con un mayor control hacia el uso de los diferentes dispositivos.
Se que puede resultar difícil desapegarse del hábito de estar desbloqueando el móvil a cada instante debido a que las posibles novedades en forma de notificaciones son muy reforzantes para nuestro cerebro. Remplazar su uso de forma brusca por otros hábitos menos estimulantes puede resultar complicado. Además, el hecho de que utilicemos muchas veces el móvil para combatir el aburrimiento o evadirnos de un día complicado hace que este hábito se consolide todavía más.
Sin embargo, tras haber reflexionado acerca de si estamos haciendo un uso adecuado o no de la tecnología, podemos ir introduciendo paulatinamente una serie de cambios que facilitarán la transición hacia un uso más planificado.
- Acostúmbrate a preguntarte cuando estés usando el móvil o el ordenador, para qué lo estás usando. Esto te hará consciente en el momento y con ello aumentará tu control sobre la acción.
- Establece, los días que te sea posible un tiempo en el cual no uses ningún tipo de dispositivo. Al principio puede que te resulte difícil y que sientas la "necesidad" de utilizar el móvil, pero si perseveras, poco a poco podrás ir aumentando el tiempo sin sentir esa urgencia por desbloquear el móvil.
- Aprende a estar contigo mismo, sin necesidad de tanta estimulación. La meditación puede ayudarte en esto ya que te permite ser más consciente de tus estados mentales, en este caso de esa "necesidad" y esa "urgencia" por usar el móvil o el "secuestro atencional" que muchos sufrimos. Además, te permitirá darte cuenta de los engaños y excusas de la mente que hacen que desbloquees una y otra vez el móvil sin parar.
Estos consejos están orientados a aumentar tu control consciente sobre el acto de utilizar el móvil, pasando de ser una actividad automática, no planificada a una actividad con más control prefrontal, más flexible y menos impulsiva y compulsiva.
3. No te juzgues demasiado ni te sientas culpable.
Por último, si ya estás intentando cambiar la manera en que usas y el tiempo que le dedicas a los dispositivos, no te frustres si recaes. Es completamente normal pues podríamos decir que se trata de una especie de adicción ya que los correlatos neurales subyacentes son los propios de los mecanismos de refuerzo y aprendizaje, los cuales están afectados o "secuestrados" por aquello a lo que somos adictos. Por tanto, como seres humanos tenemos cierta responsabilidad sobre nuestros actos pero no tenemos que olvidar que existen infinidad de factores que nos influyen y condicionan nuestro comportamiento. Así que no te sientas culpable si te está siendo muy difícil lidiar con el uso de las nuevas tecnologías, si por más que te lo propones no puedes limitar su uso. Aplica los consejos de este post y si lo necesitas busca ayuda profesional (puedes escribirme por privado).
Mario.
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