En esta ocasión os traigo la recomendación de un libro que acabo de terminar de leer. Se titula "VIPASSANA: El camino para la meditación interior" y está escrito por Joseph Goldstein y Jack Kornfield. Se trata de una obra que compré hace por lo menos 10 años cuando empezaba a mostrar cierto interés acerca de la práctica de la meditación. Por aquel entonces recuerdo que muchos de los conceptos que se tratan en el libro me parecían complejos, difusos e incluso muy alejados de la realidad. Es curioso que, una década después, tras haber leído bastantes libros y prácticado diversos ejercicios de meditación, precisamente la semana pasada, haciendo limpieza, volviese este libro a mis manos.
Se trata de una guía para aquellos/as que sienten curiosidad sobre qué significa eso de meditar. Concretamente se centra en la meditación Vipassana (o meditación de la visión profunda), una de las prácticas meditativas más antiguas de la India y una de las centrales en el Budismo. El libro está orientado a principiantes o a personas que por primera vez se acercan de forma curiosa a la meditación. Sin embargo, también llega a profundizar en algunos aspectos que pueden ser útiles para personas que se sientan estancadas o frustradas con su práctica diaria.
Me parece una obra genial que sintetiza de forma coherente y bien explicada varios de los aspectos centrales de la práctica de la meditación así como las dificultades u obstáculos frecuentes que pueden (y suelen) aparecer durante la misma.
Para terminar os dejo con un extracto del libro en el cual se cita un poema que me parece genial, ya que expresa lo que bajo mi punto de vista significa la meditación Vipassana.
Poema del maestro zen y pacifista vietnamita Thich Nhat Hanh que expresa muy bellamente la dimensión global (más allá de todo límite y de toda discriminación) de la compasión. Este poema trasluce que toda vida reside en nosotros y que la apertura de nuestro corazón nos permite establecer contacto con todo lo que existe
(Joseph Goldstein - VIPASSANA: El camino para la meditación interior).
Llámame por mi verdadero nombre
No digas que partiré mañana
porque todavía estoy llegando.
Observa con atención: Arribo a cada instante,
como un brote de primavera en cada rama,
como un pajarillo de delicadas alas
aprendiendo a piar en su nuevo nido,
como una oruga en el cáliz de una flor,
como una joya incrustada en una roca.
Todavía estoy llegando para reír y para llorar,
para temer y alimentar la esperanza,
porque el latido de mi corazón
es el nacimiento y la muerte
de todo lo que vive.
Soy la crisálida que se metamorfosea
en la superficie del río
y también soy el pájaro que, cuando llega la primavera,
devora a la crisálida.
Soy la rana que juguetea dichosa
en el agua cristalina de un estanque
y también soy la culebra que sigilosamente se alimenta de la rana.
Soy ese niño de Uganda, un saco de piel, huesos
y piernas tan enjutas como la caña de bambú,
y también soy el traficante
que vende armas a Uganda.
Soy la niña de doce años,
escondida en un bote
que navega a la deriva en el océano
después de haber sido violada por un pirata,
y también soy ese pirata
cuyo despiadado corazón
ignora lo que es el amor.
Soy el miembro del Comité Central
cegado por el poder
y soy también el hombre
que cancela una deuda de sangre con su pueblo
muriendo lentamente
en un campo de trabajos forzados.
Mi gozo es como la primavera,
cuya tibieza entreabre las flores
de todos los caminos de la vida.
Mi dolor es como un río de lagrimas
cuyo caudal colmaría todos los océanos.
Llámame por mi verdadero nombre
para que pueda escuchar, al mismo tiempo,
mis carcajadas y mis lamentos,
para que pueda descubrir, al fin,
que el gozo y la aflicción son una y la misma cosa.
Llámame por mi verdadero nombre
para poder despertar
y, de ese modo,
abrir la puerta de mi corazón,
la puerta de la compasión.
Mario.
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